Oí las risas de Mari Cruz García Rodera mucho antes de conocerla a ella en persona. Durante años, el tercer sábado de cada mes, yo solía caminar por la calle Vallirana de Barcelona. Desde el interior de la escuela Salud Inteligente salía un sinnúmero de carcajadas. Algunas destacaban con claridad por encima de las demás. Siempre pensaba: “¡qué bien se lo pasan!”. Pero nunca me planteaba entrar e informarme. Hasta que por fin el Universo conspiró en el año 2007. Me convertí en asidua del lugar y me inicié en el mundo de la Risoterapia.